¿Un blog?, ya pes

Yo no quería tener un blog. ¿Y a mi qué mierda me importa?, dirán ustedes, o simplemente no dirán nada, lo cierto, es que yo no quise tenerlo. Ahora lo tengo porque en clase me lo pidieron, pero ya lo quiero, creo que me encariñé con él y decidí escribirle algo para que no se vaya a morir de depresión, o en caso contrario, no se sienta diferente en comparación de sus amiguitos bloggcitos que tienen más textos escritos.

Ahora que lo pienso mejor, ni si quiera sé por qué no quería tener un blog. Yo creo que es temor. Temor a que nadie lo lea, tal vez miedo a que pase mi link de ventana en ventana o de muro en muro y nadie comente. Es cierto, a mi me gusta escribir y yo no escribo exclusivamente para que me lean, lo hago porque siempre lo he hecho. Pero un blog, ya es algo mucho más serio, ¡está en la red! Lo siento, me exalté un poco, pero bueno, tal vez sin querer queriendo le di el gusto a mi hermano.

Ese pata, sí, mi hermano; se llama Julio y no lo odio. Lo menciono porque recuerdo haber pasado noches enteras discutiendo acerca de su blog, él insistiéndome que tenga uno, y yo diciéndole que es un figureti (sí, lo es), y ahora heme aquí, hablando de él en MI BLOG.

Este es un post de entrada, de calentadita, de previos (y ya no sigo agregándole adjetivos calificativos a esto, porque todo me suena a ingerir licor), ¿Aló?, Con ellos por favor, será un homenaje, a aquellos que llegaron a llenar mi vida, a volver mis pensamientos más ambiguos y a hacerme confundir la vida con risas, sonrisas y carcajadas. Para él que me hace confundir un suspiro con una crisis de asma y para ellos, que son la hermandad de lo posible.